Por Antonio Rossi
A las apuradas y de manera improvisada, el ministro de Infraestructura y Servicios Públicos de Buenos Aires, Edgardo Cenzón y el titular de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich consensuaron un esquema preliminar para la transferencia de la empresa Ferrobaires a la órbita nacional.
Los técnicos de ambos ministerios habrían acordado la creación de una “Unidad de Transferencia Operativa” (UTO) que será encabezada por un funcionario designado por la Nación y que tendrá un plazo de 180 días para definir los lineamientos y las condiciones que regirán el traspaso de los servicios y el personal de Ferrobaires a las empresas estatales Sofse y ADIF.
La conformación de la UTO se concretaría en los próximos días y mientras dure el proceso de transferencia, ni la provincia, ni la Nación tienen previsto restablecer la corrida de los trenes de pasajeros que venía operando Ferrobaires y que la gobernadora María Eugenia Vidal ordenó suspender intempestivamente a fines de junio.
Además, lejos de aportar alguna certidumbre, la entrada en escena del nuevo organismo que manejará la “nacionalización” de Ferrobaires agrega un nuevo factor de preocupación sobre el futuro laboral de los 2.700 empleados que tiene actualmente la empresa y que han llevado a los gremios del sector a declarar el estado de alerta y de asamblea permanente.
El desinterés y el manejo casi despectivo de la compañía ferroviaria que ha venido desplegando la administración bonaerense quedó nuevamente de manifiesto a la hora de enviar a un extraño personaje para negociar el traspaso con los funcionarios nacionales.
Se trata de Rodolfo “Ralf” Kirby, quien sin ser un funcionario designado por la provincia, está manejando en las sombras la empresa Ferrobaires y las negociaciones para el pase al ámbito nacional.
Ex viceministro de Salud del gobierno porteño de Mauricio Macri, Kirby controló la caja de esa cartera del orden de los 5.000 millones de pesos durante casi tres años hasta que se tuvo que ir peleado con el ex ministro Jorge Lemus y en medio de un escándalo por la existencia medicamentos e insumos hospitalarios vencidos.
Según lo que cantan los archivos, Kirby habría compartido actividad comercial con el ex ministro de Economía del último gobierno militar, José Alfredo Martínez de Hoz. Entre 1992 y 2007, fue gerente general y vicepresidente del grupo Química Estrella que amplió sus negocios a la producción de productos de alimentación con las marcas Arroz Gallo, Toddy, Zucoa y la yerba mate Cruz de Malta.
Llegó al macrismo de la mano del misionero, Ramón Puerta, quien supo ser el principal proveedor de yerba mate para Cruz de Malta.
Actualmente, Kirby le reporta directamente al ministro Cenzón y al Subsecretario de Servicios Públicos, Pablo Gaytán, quienes lo pusieron al frente de la negociación con la Nación para no tener que pagar el costo político de haber cerrado Ferrobaires de un día para otro sin tener previsto qué hacer con el personal y sin una alternativa de movilidad para los miles de usuarios afectados por el levantamiento de los servicios.
Pese a que Ferrobaires está bajo su órbita, Gaytán no quiere aparecer involucrado con el tema para que no se reflote su polémica gestión como ex secretario de Comunicación Social del gobierno porteño donde quedó “pegado” al denominado “Niembrogate”.
Junto con otros ex integrantes del gabinete capitalino de Macri, Gaytán fue denunciado penalmente por la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (PROCELAC) por supuestas maniobras fraudulentas de contratación directa de publicidad, encuestas y auditorias por casi 20 millones de pesos con la firma “La Usina” de Fernando Niembro.
El escándalo generado por esos contratos irregulares terminó con la candidatura de Niembro, quien estaba al frente de la lista de diputados nacionales de Cambiemos por la provincia de Buenos Aires.