Por Antonio Rossi
(LPO) - El aumento tarifario para el transporte público de la región metropolitana que el gobierno de Mauricio Macri pensaba demorar hasta mediados de año se adelantaría para las próximas semanas por la incidencia de tres factores clave: la presión de la administración porteña para ajustar los valores del subte con el fin de reducir los aportes a Metrovías, la caída en los ingresos fiscales y la suba de los subsidios que deben girar mensualmente los funcionarios nacionales para mantener congelados los boletos de trenes y colectivos.
Una vez que la Casa Rosada apruebe los incrementos en danza para el servicio de gas, el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich prevé avanzar con la aplicación del primer ajuste tarifario del año para el transporte público de pasajeros.
Se trata de un retoque de extrema sensibilidad social, porque el aumento golpea en el bolsillo del trabajador cada mañana. De hecho, Cristina Kirchner nunca se animó a concretarlo en toda su extensión, pese a que tuvo diversas alternativas en su escritorio.
Los nuevos cuadros tarifarios que están analizando los técnicos de Transporte contemplarían elevar los valores actuales de los viajes en colectivo que oscilan entre los $ 3,00 y $ 3,50 a un rango que iría de $ 5 a $ 5,50 para las primeras secciones de recorrido en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires.
En tanto, en los servicios ferroviarios, los números que se barajan llevarían el boleto promedio de las líneas diésel de $ 2 a $ 4,50 y las tarifas de los ferrocarriles eléctricos que van de $ 2 a $ 4 pasarían a costar entre $ 4 y $ 6.
Por el lado de los subterráneos, la administración de Horacio Rodríguez Larreta ya anticipó que tiene en las gateras una actualización tarifaria para subir el valor de cada viaje de $ 4,50 a $ 6.
A diferencia de Dietrich que puede autorizar la entrada en vigencia de las nuevas tarifas de un día para otro con una resolución, Larreta debe convocar a una audiencia pública antes de remarcar los precios del subte. Cumplir con ese paso les demandará a las autoridades locales alrededor de un mes, con lo cual la nueva tarifa podría comenzar a regir en la primera quincena de abril.
La presión de la Ciudad para retocar el precio del subte—que salió a desplegar públicamente en los últimos días el vicejefe de Gobierno, Diego Santilli—apunta a bajar el subsidio anual que embolsa Metrovías (la operadora del servicio que controla el grupo Roggio) como compensación de sus costos operativos que no puede cubrir con la venta de boletos.
En 2014—el año en que se aplicó el último ajuste tarifario—, el subsidio del gobierno porteño a Metrovías rozó los 1.000 millones de pesos anuales. En 2015, el aporte económico a la concesionaria privada llegó a 1.500 millones de pesos. Y para este año, la proyección estimada por los funcionarios de lo habría que pagar en concepto de subsidios operativos en caso de mantener la tarifa congelada se ubica por encima de los 2.000 millones de pesos.
En el caso de los colectivos y trenes, la intención originaria de Dietrich era poner en marcha entre junio y julio un nuevo esquema basado en la integración tarifaria para que los usuarios pudieran realizar viajes combinados entre los distintos medios de transporte pagando un boleto único. Además, el programa en juego contemplaba un cambio en el pago de los subsidios que en vez de ir como ahora a las empresas iban a otorgarse a cada usuario por medio de una transferencia directa a su tarjeta SUBE.
El plan de Dietrich se vio alterado por las señales poco alentadoras que dejó la recaudación fiscal de febrero. Por la baja de las retenciones y los últimos cambios en la estructura impositiva, los ingresos de la AFIP registraron en febrero una suba interanual de solo el 26,5%, muy por debajo de la inflación estimada para los últimos doce meses.
A los menores ingresos se sumó otra cuestión relevante que impacta en el plano fiscal y que lleva al Gobierno a anticipar el ajuste tarifario. Se trata del creciente nivel de subsidios que viene aportando la Nación a las empresas de colectivos y operadoras ferroviarias de la región metropolitana.
Tras alcanzado un promedio mensual de 4.500 millones de pesos entre noviembre y diciembre, el monto total de los subsidios a los servicios de ómnibus y trenes habría alcanzado ahora un nuevo récord de 5.500 millones de pesos por mes.