Por Antonio Rossi
(LPO) - Lejos de las promesas electorales de darle prioridad al servicio ferroviario para bajar los costos logísticos y mejorar la situación de las economías regionales, los trenes estatales de cargas que dependen del ministro de Transporte, Guillermo Dietrich tuvieron en el primer semestre del año un desempeño marcadamente negativo comparado con igual período de 2015.
Operadas por la empresa estatal BCYL (Belgrano Cargas y Logística) que conduce el ex ejecutivo de Mercedes Benz, Ezequiel Lemos; las líneas Belgrano, San Martín y Urquiza registraron entre enero y junio de 2016 una caída en las cargas transportados que osciló entre el 3% y el 48% con respecto al primer semestre del año pasado que había sido el peor período de la era kirchnerista.
El descenso operativo más saliente que dejó el primer semestre de la gestión ferroviaria macrista se verificó en la red mesopotámica del ferrocarril Urquiza. Las cargas totales cayeron un 48% interanual al bajar de 78.136 a 40.731 toneladas. En tanto en la medición de las toneladas- kilómetros, la caída acumulada llegó al 44%.
Por su parte, en los trenes de la línea San Martín la baja en las cargas transportadas fue del 29%. Las 822.320 toneladas de 2015 pasaron a 584.306 toneladas en 2016. En lo que respecta a la cantidad de toneladas por los kilómetros recorridos, la declinación alcanzó al 34%.
En el caso del ferrocarril Belgrano, la caída en las cargas transportadas fue del 3% interanual: 392.003 en 2015 versus 380.150 toneladas en 2016. En toneladas-kilómetros, los números mostraron un signo positivo con una leve suba del 2%.
Además de dejar mal parados a Dietrich y Lemos, los magros resultados que exhiben los ferrocarriles estatales de cargas han puesto sobre el tapete dos cuestiones clave del discurso macrista.
Una de ellas es la supuesta eficiencia de los gerentes y ejecutivos del ámbito privado que se sumaron al Gobierno para “corregir y mejorar” la deficiente gestión que tuvieron las empresas estatales durante la época K.
Y la otra es la falta de cumplimiento de las promesas de cambio y recuperación de los trenes de cargas para aliviar los gastos de transporte de los productores del interior que deben pagar más por los fletes internos que por los traslados marítimos a los principales mercados del mundo.
Hasta ahora, la gestión ferroviaria de Dietrich se ha focalizado solo en grandes anuncios de inversiones para los próximos años y en la modificación del nombre comercial de la empresa BCYL por la marca genérica de “Trenes Argentinos Cargas”.
Junto con la negativa performance de los trenes estatales, los datos del primer semestre recolectados por la Ferrocámara y la CNRT (Comisión Nacional Reguladora del Transporte) mostraron un panorama dispar para los ferrocarriles de cargas que están manos de operadoras privadas.
En el caso de Ferroexpreso Pampeano –la concesionaria del corredor Rosario-Bahía Blanca que maneja el grupo Techint—, las cargas transportadas subieron un 20% de 1.652.000 a 1.987.000 toneladas, mientras que por el lado de las toneladas-kilómetros la mejora fue del 19%.
Por su parte, Nuevo Central Argentino (NCA) –la concesionaria de la ex línea Mitre que maneja Aceitera General Deheza del grupo Urquía—tuvo un incremento en las cargas del 12% (de 3.268.966 a 3.645.594 toneladas) y del 11% en las toneladas-kilómetros.
Y por el lado de Ferrosur –la operadora de la ex línea Roca que controla el grupo brasileño Camargo Correa—hubo una doble baja del 3% en las toneladas-kilómetros y del 13% en el total de las cargas movilizadas que descendieron de 2.529.299 a 2.209.319 toneladas.