La reciente definición de la contratación directa de los trabajos de mantenimiento y reparación de los trenes de pasajeros chinos del ferrocarril San Martín dejó varias “perlitas” sobre el tapete y fuertes dudas acerca de si la empresa ganadora podrá cumplir en tiempo y forma con las obligaciones contractuales en juego.
Con una oferta de 29,7 millones de dólares, la empresa TMH Argentina (TMHA)—subsidiaria local del grupo ruso Transmashholding se adjudicó la “compulsa de precios” para reparar en los próximos dos años el parque de formaciones chinas de la línea San Martín compuesto por 24 locomotoras diésel y 160 coches de pasajeros.
La propuesta económica de TMHA fue las más baja de todas y superó a las que habían presentado las empresas competidoras JPA, Benito Roggio Ferroindustrial, Emepa, Talgo, Trolza, Materfer y las chinas Qing Tao Tsky y CRRC.
Tras haber desembarcado en el país a fines del año pasado con la apertura de oficinas y el alquiler temporario del taller bonaerense de Mechita (Bragado), TMHA logró hacer pie en el negocio ferroviario con una contratación de la administración macrista que ha provocado bastante ruido.
El primer dato llamativo de esta adjudicación efectuada por la empresa estatal SOFSE-- que depende del ministro de Transporte, Guillermo Dietrich-- es que no se trató de una “licitación pública y abierta”, sino de una “contratación directa por compulsa abreviada por urgencia”.
Las empresas interesadas tuvieron menos de 90 días para armar sus propuestas, aunque después los directivos de la SOFSE se tomaron casi dos meses y medio para evaluar las ofertas abiertas a fines de enero.
El segundo hecho destacado fue el cambio registrado en la conducción local de TMHA.
Cuando el grupo ruso Transmashholding hizo su presentación formal ante el presidente Mauricio Macri en octubre de 2017, el timonel de la filial local era Thibault Desteract.
Ex titular de Alstom Argentina durante la era kirchnerista, Desteract tuvo una estrecha relación con el ex secretario de Transporte, Ricardo Jaime.
Además de haberse quedado con los contratos de provisión coches para el subte D y la instalación del tranvía de Puerto Madero, Alstom de la mano de Desteract lideró a principios de 2008 el consorcio que se había adjudicado el emblemático y fallido proyecto del “Tren Bala” que debía unir Buenos Aires con Rosario y Córdoba. En esa iniciativa, Alstom llevaba como socias a la española Isolux y a las firmas locales Emepa e IECSA, la empresa que en esos años estaba en manos de Ángelo Calcaterra, el primo de Macri.
Pese a que no llegó a ponerse en marcha, la megaobra ferroviaria valuada en más de 3.000 millones de dólares quedó bajo la lupa de la justicia por sospechas de sobornos.
Luego recopilar pruebas y testimonios durante casi una década, en noviembre pasado el juez federal, Luís Rodríguez dictó una serie de procesamientos por “cohecho pasivo y activo” que alcanzaron a los ex secretarios de Transporte, Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi; a los consultores Manuel y Julián Vázquez y los directivos de Alstom Desteract y Daniel Lainé.
La medida del juez se basó en la existencia de un contrato firmado entre Alstom y la consultora Controles y Auditorías Especiales (CAESA), mediante el cual se había acordado el pago de un millón de dólares en diversos desembolsos mensuales en caso de que avanzará el proyecto del Tren Bala.
Tras esa decisión judicial, en enero Desteract fue remplazado al frente de TMHA por Franco Comparato, un ex gerente de Aeropuertos Argentina 2000 y ex socio en la consultora Southtecht de Juan Pablo Trípodí, el actual titular de la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional (AAICI).
El tercer dato relevante que tiene como protagonista a TMHA está referido a la utilización de los talleres y depósitos ferroviarios que pertenecen al Estado nacional.
A cambio de una promesa de inversión para modernizarlo y el pago de un canon simbólico, el ministro Dietrich le cedió sin más trámites el uso exclusivo de las instalaciones ferroviarias y la playa de maniobras localizadas en Mechita, provincia de Buenos Aires.
El cuarto dato que sorprendió a los empresarios y especialistas del sector fue la aparición como “representante” de TMHA ante el Gobierno de un ex ejecutivo de Isolux, la empresa española que asociada con IECSA fue una de las principales ganadoras de contratos de obras pública durante los gobiernos K.
Se trata de Mario Maxit, quien hasta fines de 2016 se desempeñó como virtual número 2 de Isolux en Argentina.
Tras haber encabezado varias unidades de negocios de Isolux en el país, Maxit fue eyectado de la empresa junto con Juan Carlos De Goycochea por supuestas irregularidades en el manejo de los contratos y cuentas locales.
Y por último, el quinto punto en torno a TMHA que genera interrogantes es si con la ajustada oferta que presentó va a estar en condiciones de poder cumplir con la totalidad de la reparaciones previstas.
Para varios técnicos con experiencia en el tema, los valores cotizados por TMHA podrían quedarse cortos a la hora de tener que afrontar todos los costos y gastos de mantenimiento, supervisión, capacitación técnica y provisión repuestos para las locomotoras, coches y furgones de la línea San Martín.
Fuente: Transporte y Energía