Pese a que quedaron eclipsados por las definiciones de las fórmulas presidenciales y los números de la inflación de mayo, los datos que salieron a la luz al inicio de esta semana del “Indicador Sintético de Servicios Públicos” (ISSP) dejaron planteadas una serie de dudas sobre la “consistencia” de las cifras oficiales y el manejo comunicacional que vienen desplegando los funcionarios macristas del INDEC.
Los datos que despertaron la atención son los referidos al sector del “Transporte de Pasajeros”, donde los números finales de las personas transportadas y los porcentajes de variaciones respecto de períodos anteriores no solo no coinciden, sino que además aparecen llamativamente atenuados y sin reflejar el real impacto de las sucesivas caídas que registra la actividad en los últimos meses.
En un comunicado de prensa que difundió junto con el informe del ISSP del mes de marzo (que a nivel general experimentó una variación negativa del 6%), el INDEC conducido por Jorge Todesca destacó que el transporte de pasajeros había registrado en el tercer mes de 2019 una caída del 4,9% con respecto a igual periodo de 2018.
Pero al ingresar al sitio del INDEC y observar el cuadro estadístico específico del “transporte de pasajeros”, los datos que aparecen son bien distintos a los informados a los medios.
De acuerdo con las cifras consignadas en el cuadro 9 del informe del último ISSP, la caída en la cantidad de pasajeros transportados fue del 9,6% y no del 4,9%. El propio sitio del INDEC marca que en marzo de 2018 el total de pasajeros transportados alcanzó a 205.050.000 y que en marzo de este año fueron 185.462.000.
Más allá de esa diferencia, los datos sobre el transporte de pasajeros que informa el INDEC también enfrentan otra curiosa situación que, para los que siguen los números del sector, desvirtúa la realidad al poner en la misma bolsa servicios que no son compatibles.
Durante el gobierno kirchnerista, el ISSP tenía los datos del transporte de pasajeros de la región metropolitana separados de los referidos a los trenes de larga distancia y a los aviones de cabotaje y vuelos internacionales.
Cuando la actual administración macrista retomó la elaboración y difusión del Indicador de los Servicios Públicos resolvió englobar bajo el paraguas de “Transporte de Pasajeros” a los ferrocarriles, subtes y colectivos de la Capital Federal y el Gran Buenos Aires junto con los servicios ferroviarios al interior y los traslados aéreos efectuados tanto dentro del país, como al exterior.
Si se utiliza la anterior y tradicional medición de los pasajeros puros de la región metropolitana, queda en evidencia que la caída en la cantidad de personas transportadas es aún mayor.
Por ejemplo, los números de marzo arrojan que la caída en la cantidad de pasajeros movilizados en el AMBA en trenes, subtes y colectivos estuvo por encima del 10% con respecto a igual mes de 2018 (202.287.000 vs. 182.646.000).
Otro elemento que distorsiona la situación real del transporte de pasajeros es el hecho de que el INDEC no incorpora a las mediciones del sector los datos de los ómnibus que prestan los servicios interurbanos y que concentran más del 60% de los viajes de larga distancia.
A juzgar por los datos preliminares más actualizados de la región metropolitana que manejan los técnicos de la CNRT (Comisión Nacional Reguladora del Transporte) y del sistema SUBE, el panorama para las empresas de transporte sigue teñido de rojo y números negativos.
En abril, la variación de los pasajeros transportados en el AMBA en trenes, subtes y colectivos acumuló otra caída interanual del 7,2%. Según los números en danza, en colectivos el descenso con respecto a abril de 2018 fue del 7,7%; mientras que en los subtes y trenes las caídas llegaron al 6,6% y 3,7% respectivamente.
Con esos registros, el acumulado para los primeros cuatro meses de 2019 muestra una caída global en el transporte de pasajeros de la región metropolitana de casi 7% con respecto al período enero-abril de 2018.
Los que más sufren los coletazos de la crisis económica y el desplome del consumo son los colectivos con un descenso del 8,3% en la cantidad de pasajeros, en tanto que los subtes solo caen un 2,8%. Los trenes, por su parte, logran salvar la ropa con un 1% más de pasajeros que en el primer cuatrimestre del año pasado.
Fuente: Transporte y Energía