Por Antonio Rossi
Las dos deserciones registradas en lo que va de enero en la Secretaría de Energía han puesto sobre el tapete las primeras debilidades y complicaciones internas que afronta la administración de Alberto Fernández, a menos de dos meses de haber desembarcado en la Casa Rosada.
Las renuncias del subsecretario de Coordinación Administrativa, Maximiliano Galli, y del Jefe de Gabinete, Federico Martelli, dejaron planteadas dos cuestiones clave. Por un lado, volvieron a poner en duda la viabilidad del particular y heterogéneo reparto de poder que implementó el Presidente al designar al frente de un organismo a especialistas y referentes que no son del mismo palo y provienen de los distintos espacios políticos que conforman el Frente de Todos. Por otro, desataron una serie de especulaciones y posicionamientos para ver quién podría ser el eventual remplazante de Sergio Lanziani, el actual titular de Energía que ha quedado en la mira y con un pie afuera del Gobierno.
Gracias Fernando.
No perdamos el tiempo en internas e intrigas que no le importan a la gente.
Tenemos que concentrarnos en sacar el país adelante.
Lo personal se resolverá con el tiempo, todos saben lo que pasó y cómo actúa esta gente. https://t.co/lGuEdbXKj0
— Federico Martelli ✌ (@MartelliFede) January 23, 2020
Los problemas internos con Lanziani comenzaron a aflorar a pocos días del cambio de mando presidencial. Ingeniero nuclear y ex ministro de Energía de Misiones, Lanziani ya había comenzado a sonar para hacerse cargo del área energética durante las PASO con el apoyo de la mayoría de los gobernadores justicialistas.
Inicialmente todas las señales y los guiños que provenían del entorno de Alberto Fernández daban cuenta de que Energía iba a recuperar el rango de ministerio con Lanziani como nuevo timonel.
Las renuncias desataron una serie de especulaciones y posicionamientos para ver quién podría ser el eventual remplazante de Sergio Lanziani, el actual titular de Energía, que ha quedado en la mira y con un pie afuera del Gobierno.
Pero, al momento de definir el organigrama de los nuevos ministerios, el área de Energía quedó relegada al nivel de secretaría, en la órbita de la nueva cartera de Desarrollo Producto, a cargo de Matías Kulfas.
Los que conocen a Lanziani sostienen que, como todo buen ingeniero, carece de cintura política para detectar y adecuarse a los tiempos de la función pública. Para colmo, desde que fue confirmado en el cargo en los primeros días de diciembre, no pudo evitar una serie de encontronazos con Kulfas y las sucesivas “intromisiones” que sufrió en la Secretaría con las designaciones de subsecretarios y funcionarios que no le responden directamente a él.
El primer choque que tuvo con el ministro de Desarrollo Productivo fue por el armado y la organización administrativa de la secretaría. Lanziani había diseñado un esquema con ocho nuevas subsecretarias y diez direcciones. Pero ese organigrama fue rechazado por Kulfas, quien solo dejó en pie una grilla conformada por apenas cuatro subsecretarias y cinco direcciones.
De los cuatro subsecretarios, Lanziani solo pudo nombrar a dos de su confianza: Gustavo Arrúa, en Energía Eléctrica, y Galli, en Coordinación Administrativa.
En cambio, el subsecretario de Hidrocarburos, Juan José Carbajales, y el de Planeamiento Energético, Juan Pablo Ordoñez, fueron puestos por Kulfas. A ellos se sumó como jefe de Gabinete el kirchnerista platense y ex candidato a intendente Martelli, quien había llegado con el respaldo del jefe de Gabinete, Santiago Cafiero.
Gracias @alferdez @SantiCafiero y #MatíasKulfas por la confianza p/ liderar la política de #hidrocarburos en 🇦🇷 Gracias @Kicillofok por el apoyo.
Junt🔆s intentaremos dotar de valor a recursos naturales en pos de energía accesible y desarrollo sostenible.https://t.co/eZl5OP2cmG
— Juan José Carbajales (@JJCarbajales) January 8, 2020
De ese equipo, Galli fue el primero en renunciar a las 48 horas de haber sido nombrado. Desde el Gobierno atribuyeron esa salida a “diferencias en la organización de la Secretaría”. Pero en el correo de despedida que envió a sus allegados, Galli dejó vislumbrar otros motivos. “Ojalá puedan superarse diferencias personales y enfrentamientos, desde adentro y hacia afuera; y que todos puedan tener la oportunidad de demostrar lo que pueden aportar y más aún, puedan ser debidamente reconocidos por eso”, sostuvo el ex funcionario y ex miembro del equipo de profesionales de la consultora Economía y Regiones.
Puertas adentro de Energía, lo que se comenta es que el detonante de la sorpresiva renuncia de Galli fue una pelea con los asesores de Kulfas, entre los que se encuentra el ex subsecretario K de Combustibles Cristian Folgar, por la forma de manejar las futuras autorizaciones de pago de la Secretaría y los desembolsos de los subsidios pactados por la producción del shale gas de Vaca Muerta a Tecpetrol, la petrolera del grupo Techint.
Con el misionero Carlos Rovira, que fuera su padrino político, Lanziani rompió relaciones. El ex gobernador lo quiere afuera del Gobierno.
En tanto, la salida más reciente de Martelli obedecería a un coletazo de la interna del kirchnerismo de La Plata. Su despido se habría producido por la presión ejercida por el íntimo amigo del presidente José Albistur y su esposa, Victoria Tolosa Paz, actual titular de la Comisión Federal de Políticas Sociales, quienes le endilgan a Martelli la derrota en la interna platense de Frente de Todos por no haber declinado su candidatura y haber favorecido, de esa manera, a la lista de Florencia Saintout, que resultó la ganadora.
En este caso, Lanziani tomó nota del mensaje que le bajaron y procedió a eyectar a Martelli, que no era de su equipo y agrado.
Además de los zarandeos internos que ha tenido con su gabinete, Lanziani enfrenta otra situación que lo deja mal parado.
No fue tenido en cuenta ni consultado por el Presidente y por Kulfas cuando llegó la hora de cubrir dos lugares estelares del negocio energético como son la presidencia de YPF, que quedó en manos de Guillermo Nielsen, y la conducción de la Cammesa, la administradora estatal del mercado eléctrico que fue a parar a manos del camporista Esteban Kiper.
A eso se agrega el actual ninguneo del ministro de Desarrollo Productivo, que está consensuando con la Casa Rosada y los asesores de la vicepresidenta Cristina Kirchner, en la definición de los nombres de los próximos interventores del ENRE y del Enargas sin tener en cuenta la opinión de las autoridades de Energía.
Lanziani tampoco ha logrado aún sacar el nombramiento a favor de su hombre de confianza, Walter Tamis, como nuevo director ejecutivo de la entidad binacional de Yacyretá, un puesto que tradicionalmente queda a cargo de un representante de Misiones.
En este caso, la demora se debería a las trabas que vienen poniendo sus ex padrinos políticos de la provincia, los ex gobernadores Carlos Rovira y Maurice Closs (actual senador), con quienes Lanziani ha roto relaciones desde que asumió como funcionario nacional.
Los contratiempos y problemas de Lanziani han puesto en estado de alerta a los funcionarios vinculados con el sector energético, que no descartan un pedido de la Casa Rosada al actual secretario para que dé un paso al costado.
Aunque no lo admita publicamente, Kulfas ya tendría en carpeta a un eventual sucesor. Y en los pasillos de Energía ya resuenan los primeros comentarios sobre las aspiraciones que habrían mostrado para acceder al sillón de la Secretaría tanto el camporista y actual subsecretario de Hidrocarburos Carbajales como la titular del área de Energías Renovables, la sanjuanina Andrea Polizzoto, que cuenta con el respaldo del ex gobernador y titular de PJ José Luis Gioja.
Fuente: Nota editada en Letra P