El “relato oficial” dirá que se había cumplido un ciclo y era necesario un cambio para encarar una nueva etapa de la empresa. En cambio, los que conocen el paño y el microclima del área de Transporte reconocen que la movida responde a una cuestión política muy concreta que tiene como protagonista central al timonel del Frente Renovador y presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa.
A casi un año de haber sido designado al frente de la estatal ADIF—también conocida como TAI (Trenes Argentinos Infraestructura) --, Ricardo Lissalde fue virtualmente eyectado del cargo por una orden de Massa, luego de una serie de cortocircuitos y diferencias internas que se venían registrando en el funcionamiento de la empresa.
Tras la formalización de la salida de Lissalde prevista para los próximos días, el que-- hasta ahora-- tendría todos los boletos para quedarse con el manejo de la ADIF es el actual diputado provincial y vicepresidente del bloque del Frente de Todos, Alexis Guerrera.
La ADIF se perfila para jugar un rol clave en 2021 en lo que respecta a la concreción de inversiones en obras de infraestructura de transporte. Según el Presupuesto aprobado para el próximo año, el ministerio que conduce Mario Meoni tendrá una asignación total para obras de 141.000 millones de los pesos, de los cuales casi la mitad –69.000 millones de pesos--corresponden a proyectos y licitaciones que manejará la ADIF.
Entre otras grandes obras destacadas que prevé llevar adelante la ADIF en los próximos meses se encuentran: la electrificación del ferrocarril San Martín, la renovación del ramal M y el viaducto de Sáenz a Constitución en el Belgrano Sur, la modernización de la línea Mitre, el avance del soterramiento de la línea Sarmiento y el arreglo integral de las estaciones del Gran Buenos Aires.
Ex concejal de Saladillo, ex senador de la provincia de Buenos Aires, escribano público y sin antecedentes en ámbito de los ferrocarriles; Lissalde había asumido en diciembre pasado la presidencia de la empresa que tiene a su cargo la ejecución y contratación de las obras de renovación de vías y los proyectos de infraestructura ferroviaria.
Su desembarco se produjo junto con otros referentes del massismo bonaerense que pasaron a copar los directorios de empresas y organismos del sector ferroviario, tras el inédito reparto de los espacios de poder de la administración de Alberto Fernández que dejó el control de Transporte en manos del líder del Frente Renovador.
En el caso de la SOFSE—la operadora estatal de los servicios de pasajeros de larga distancia y de las líneas metropolitanas Roca, San Martín, Mitre, Sarmiento, Belgrano Sur y Tren de la Costa—, la presidencia quedó en manos de Martín Marinucci, ex concejal de Morón, ex titular del OCEBA y ex director regional del IOMA. El directorio de la empresa se completó con Darío Golía, ex intendente de Chacabuco, y Sandra Mayol, la ex intendenta de San Miguel del Monte.
En tanto, en DECAHF --la estatal que paga los sueldos del Belgrano Cargas, Ferrocarriles Argentinos y la concesionaria privada Ferrovías y tiene a su cargo el Centro Nacional de Capacitación (CENACAF) y el Museo Nacional Ferroviario--, el que asumió como nuevo presidente fue Damián Contreras, ex concejal y ex administrador del hospital de Moreno.
En el caso de Lissalde, su desplazamiento se produjo en medio de una fuerte disputa interna que venía manteniendo con dos de sus principales subordinados que tienen una estrecha relación de Massa: el vicepresidente de la ADIF, Damián Rodrigo Alvárez –ex concejal de Tigre—y el Gerente General, Mariano Puccio, ex subsecretario de Administración del municipio tigrense.
Pese a que era el presidente de la ADIF, Lissalde solo había podido nombrar a un hombre de su entera confianza en los puestos de mando. Se trata del gerente de Infraestructura, Alejandro Labala, quién también habría sido blanco de algunos cuestionamientos internos del personal administrativo de la empresa.
Para remplazar a Lissalde, Massa ya habría elegido al ex intendente de General Pinto y actual diputado provincial, Alexis Guerrera.
Al igual que el ex titular de la ADIF, Guerrera no cuenta con experiencia en gestión ferroviaria y su llegada al cargo implicaría una nueva apuesta del Gobierno por funcionarios que provienen del terreno político a diferencia de la gestión macrista que había priorizado el nombramiento de “gerentes y CEOs” del ámbito privado.
Tras haber ganado en 2011 la elección para intendente de General Pinto, Guerrera logró ser reelecto en 2015 con la boleta del Frente para la Victoria (FPV) con el 66,62% por ciento de los votos. Casi un año después, en julio de 2016, se incorporó al Frente Renovador de Massa. Y en 2019, encolumnado en el Frente de Todos, accedió a una banca como diputado provincial por la Cuarta Sección Electoral.
Si se concreta su aterrizaje al frente en la ADIF, Guerrera tendrá como acompañante en el directorio a un hombre que ostenta un llamativo récord.
Se trata de Juan Servini, el hermano de la jueza federal, María Romilda Servini de Cubría, quién ha logrado retener durante los gobiernos de Cristina Kirchner, Mauricio Macri y Alberto Fernández el cargo de director titular de la empresa que ocupa desde su creación en 2008.
Nota Editada en Letra P