En medio de los fuertes cuestionamientos de las empresas de ómnibus por inacción de su cartera ante los problemas generados por la cuarentena y la paralización de los servicios, el ministro de Transporte, Mario Meoni decidió mantener en pie uno de los íconos más negativos de la administración macrista.
Se trata de los contratos PPP (Propiedad Público-Privada), el mecanismo que había ideado su antecesor, Guillermo Dietrich para encarar la ejecución de nuevas obras de infraestructura y de servicios y que tras acumular incontables anuncios y promesas de inversiones terminó en un rotundo fracaso económico y político.
A contramano de las medidas que adoptaron en los últimos días sus colegas del Gabinete nacional Matías Kulfas (Desarrollo Productivo) y Gabriel Katopodis (Obras Públicas) para eliminar todos los vestigios de los PPP; Meoni salió sorpresivamente a darle oxígeno a ese formato de contratación.
Lo hizo al fijar las bases de las nuevas licitaciones que llevará adelante para reprivatizar la operación de los trenes de pasajeros de las líneas Urquiza y Belgrano Norte.
El ministerio de Transporte se vio obligado a prorrogar sobre la hora los contratos de concesión de las dos ferroviarias privadas que quedaron en pie en la región metropolitana y que están bajo el control de los grupos Roggio y Romero.
Tras haber dejado pasar el tiempo sin una solución de fondo al problema heredado del macrismo y ante el riesgo de no tener quien opere los trenes, Meoni resolvió extender por 18 meses las concesiones de la línea Urquiza a Metrovías y del Belgrano Norte a Ferrovías.
Junto con las prórrogas contractuales –que fueron aprobadas por medio de las resoluciones 76 y 77--, Meoni dispuso la puesta en marcha de un nuevo proceso licitatorio para reprivatizar el manejo de esos trenes antes de octubre de 2021.
En ambas normas, el titular de Transporte destacó que la finalidad de la nueva licitación “es realizar los principios de participación pública y privada en la prestación y operación de los servicios de transporte público ferroviario en los términos de la Ley N° 27.132 a partir de la retroalimentación del Sector Público con el Privado, dotando al procedimiento de la mayor transparencia, fomentando la concurrencia y competencia entre oferentes, y procurando dar previsibilidad en relación con la modalidad y alcance de la operación ferroviaria en cuestión”.
Casi al mismo tiempo en que Meoni reivindicaba los PPP, el ministerio de Desarrollo Productivo piloteado por Matías Kulfas procedió a dar de baja la licitación de la línea eléctrica de extra alta tensión Río Diamante (Mendoza)-Charlone (Buenos Aires) que se iba a construir bajo ese mecanismo contractual.
La obra—que iba demandar una inversión del orden de los 650 millones de dólares—había salido a licitación con la modalidad PPP a principios del año pasado. Pero por las dificultades económicas y la falta de financiación privada, el ex secretario de Energía, Gustavo Lopetegui la prorrogó dos veces en 2019 para no afrontar el costo político de tener que anularla.
Ahora Kulfas optó por dejar sin efecto la licitación y desactivar por completo el PPP por ser impracticable por la ausencia de créditos a tasas razonables y el estado de emergencia económica y financiera.
En tanto, el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis también le bajó el pulgar a los PPP viales que quedaron en su órbita.
Las concesiones de autopistas y rutas nacionales bajo el régimen de PPP heredadas de Dietrich están en manos de una comisión evaluadora que debe resolver en un mes que destino tendrán esos contratos.
Todo indicaría que van camino a una readecuación integral para que queden encuadrados como contratos tradicionales de obras públicas sin los componentes conflictivos y altamente onerosos de los PPP.
Nota Editada en Informador Público