Por Antonio Rossi
Las empresas de camiones y las estaciones de servicios tuvieron un mes de agosto para el olvido y, lejos de avizorar un repunte que permita recortar pérdidas y no empeorar la situación, prevén que en el tiempo que resta hasta las elecciones presidenciales del 22 de octubre enfrentarán un panorama igual o más crítico que el actual.
Desde esos dos sectores clave para el transporte de cargas y el abastecimiento interno de combustibles advirtieron que sufren las consecuencias negativas del triple combo que se ha generado por el impacto devaluatorio post PASO, la estampida de los precios y la caída por duplicado de la actividad productiva y los niveles de consumo.
La Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac) fue la primera en activar las señales de alerta acerca del desequilibrio que está provocando la ola remarcatoria de precios en la estructura de costos y la falta de previsibilidad que enfrenta la actividad del sector.
Los números de la crisis
Según los datos que relevan los técnicos de la entidad, en las tres primeras semanas de agosto el índice de costos del transporte de cargas ya llevaba acumulado un aumento del 17,04%. Como a ese registro aún deben añadirse las variaciones de precios de los últimos días, no se descarta que la suba mensual de agosto termine por encima del 20%.
De los 11 rubros que componen el índice de costos, 9 han registrados fuertes incrementos tras la depreciación del 22% del tipo de cambio oficial que llevó adelante el ministro de Economía y candidato presidencial de Unión por la Patria (UP), Sergio Massa el día después de las elecciones internas.
El aumento más destacado –por la incidencia que tiene en el total de los costos operativos de los camiones- fue el correspondiente al gasoil que se encareció un 17,9%, tras haber venido registrando subas mensuales promedio del 5% desde diciembre pasado en el marco de programa “Precios Justos”.
Según aclararon los directivos de Fadeeac, el incremento de casi 18% fue el que se verificó en los surtidores; pero en el segmento mayorista –por donde se canalizan las compras de la mayor parte de empresas del sector- el porcentaje de aumento escaló hasta el 35%.
En el caso de los lubricantes, la remarcación llegó al 27%. En el rubro “Neumáticos” alcanzó al 24,35%; seguido de cerca por las subas del 24,20% en “Material Rodante” y del 23,12% en los gastos de “Reparaciones” en medio de un contexto de elevada incertidumbre por las crecientes dificultades para poder acceder a los insumos y elementos cotidianos del sector y la falta de referencia de los precios de reposición.
Los números provisorios de agosto arrojaron que los costos operativos para poner en marcha un camión ya acumulan un aumento en lo que va del año del 87%, mientras que en los últimos 12 meses esa variación asciende al 142%.
“La alta inflación, la fuerte presión tributaria, la falta de insumos, las altas tasas de interés y la volatilidad en el tipo de cambio ponen en riesgo la continuidad en el negocio de la mayoría de las 4.500 pymes que forman parte de Fadeecac”, alertó el presidente de la principal entidad de los transportistas de cargas, Roberto Guarnieri.
Para el corto plazo, las perspectivas no son alentadoras. A la caída del 40% en los traslados de cereales derivada de la sequía histórica que tiró abajo la producción agrícola se ha sumado una menor demanda de fletes por la baja del consumo de alimentos y productos masivos que se viene registrando en los últimos meses.
Según las cifras de la consultora Focus Market, entre enero y julio el consumo acumuló un descenso del 6,1% con respecto al mismo período de 2022. Pero en las tres primeras semanas de agosto, las mediciones de los niveles de consumo mostraron una caída del 19% originada tanto por los aumentos de precios, como por las menores entregas de productos.
Aunque no lo admitan publicamente, los dirigentes del sector no descartan que la reducción de la actividad lleve a muchas empresas a un “procedimiento preventivo de crisis”, el mecanismo contemplado en la ley de Empleo que prevé una instancia de negociación con el gremio y las autoridades laborales antes de aplicar despidos o suspensiones por razones de fuerza mayor.
Los estacioneros esperan a Tombolini
Por el lado de las estaciones de servicio, los expendedores anticiparon que esperarán hasta el próximo viernes para ver si aparecen las medidas de alivio fiscal y financiero que prometió el secretario de Comercio, Matías Tombolini antes de poner en marcha un cierre nocturno masivo de todos los surtidores.
Agrupados mayoritariamente en la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (CECHA), los dueños de las estaciones remarcan que enfrentan una situación límite debido al congelamiento de los precios de las naftas y el gasoil, la inflación sin freno y la caída en los ingresos y la rentabilidad del negocio.
El acuerdo alcanzado entre el Gobierno y las petroleras para poner los valores de los combustibles en el freezer hasta después de las elecciones de octubre dejó sin resolver el reclamo de aumento de las comisiones por cada litro vendido que vienen planteando los estacioneros para poder mejorar sus ingresos y hacer frente a los mayores costos operativos y salariales.
Además, los expendedores señalan que, tras el incremento del 18% promedio que aplicaron en el transcurso de agosto, las petroleras han comenzado a restringir los envíos con el restablecimiento de cupos que varían según las provincias.
De acuerdo con las denuncias recibidas en la CECHA, los primeros recortes en el reabastecimiento de combustibles ya se dieron en Neuquén, Río Negro, Misiones, Corrientes, Chaco, Formosa y parte de Salta.
Nota Editada en LetraP