Por Antonio Rossi
Si la titular de Energía, Flavia Royón y el ministro de Economía, Sergio Massa cumplen con el compromiso asumido ante las autoridades del FMI de eliminar por completo los subsidios vigentes en el sector eléctrico, los usuarios residenciales de mayores ingresos de la región metropolitana -que desde mediados del año pasado están etiquetados como N1- pasarán a pagar a partir de junio entre cinco y seis veces más de lo que abonaron en el invierno pasado por un mismo nivel de consumo.
Por su parte, los clientes hogareños de clase media que integran el grupo de los N3 y que no superen los topes de consumo subsidiados deberán afrontar, en el mismo período, un aumento que oscilaría entre un 200% y 300% con respecto a las facturas que habían recibido en junio del año pasado.
Y en el caso de los usuarios de bajos ingresos del renglón N2 de Edenor y Edesur, los incrementos invierno contra invierno que verán reflejados en las boletas finales rondarían entre el 75% y 110%.
Las subas en juego entre la temporada invernal pasada y la que se avecina se basan en la acumulación de los aumentos que se vienen implementado desde setiembre pasado y el doble ajuste tarifario que el Gobierno prevé llevar adelante en mayo y junio.
A diferencia del servicio de gas donde ya están afrontando la tarifa plena, en el caso del servicio eléctrico los usuarios residenciales N1 siguen recibiendo un subsidio en la factura eléctrica del 35%. En los casos de los hogares encuadrados como N2 y N3, el porcentaje de nivel de subsidios oscila entre el 60% y 78%.
De no mediar un cambio de último momento, desde el primer minuto del próximo feriado por el día del trabajo entrará a correr la quita total de subsidios para todos los usuarios N1 y para aquellos N3 que consuman más de 400 kWh mensuales en la región metropolitana y 550 kWh en las provincias del NEA.
Subsidios y electricidad: cuánto aumentarán las boletas
La eliminación de los subsidios y pago de la tarifa plena implicará un aumento del 135% promedio en el valor de energía con un impacto final en las facturas que oscilará entre el 60% y 90% según las distintas escalas de consumo de los hogares N1 y N3.
A ese ajuste le seguirá en junio el segundo aumento en los cargos fijos que tienen como destino las cajas de Edenor y Edesur.
A principios de marzo y con los cortes de luz a pleno, el ENRE, piloteado por el massista Walter Martello, les concedió a las distribuidoras metropolitanas una recomposición de sus ingresos específicos del 108% que ya se aplica desde el 1 de abril y otra del 74% que entrará en vigencia a comienzo de junio.
Con esos incrementos—que recaen sobre los tres niveles (N1, N2 y N3) en que quedaron agrupados los usuarios residenciales tras el esquema de segmentación tarifaria y quita de subsidios que se viene aplicando desde setiembre pasado--, los dueños de Edenor y Edesur terminarán recibiendo en el primer semestre del año mejora acumulada en sus ingresos del 261%.
De acuerdo con los cálculos de la consultora Economía y Energía, esos aumentos otorgados a a las distribuidoras eléctricas de la Capital Federal y el Gran Buenos Aires van a tener un impacto final en las facturas que oscilaría entre el 89% y 132%.
La segmentación nacional y metropolitana
Los datos oficiales del Registro de Acceso a los Subsidios a la Energía (RASE) indican que de los casi 16 millones de clientes residenciales que están conectados a las redes eléctricas en todo el país, alrededor del 35% -5.385.520 millones de hogares- han quedado empadronados en el segmento N1 de mayores ingresos.
En tanto, en la columna de los hogares de bajos ingresos N 2 aparecen 7.713.304 millones de hogares que representan casi el 49% del total y en el bloque N3 de los sectores medios quedaron agrupados otros 2.817.497millones de hogares que equivalen a casi el 17% del universo residencial.
Por su parte, los números de las distribuidoras de la región metropolitana del AMBA muestran el siguiente panorama. En el caso de Edenor (controlada por el trío de empresarios locales integrado por Daniel Vila, José Luis Manzano y Mauricio Filiberti), el bloque de usuarios de mayores ingresos que perderán los subsidios llega a casi 1,1 millones hogares y representan el 33,2% del total de la clientela residencial. En tanto, los usuarios N2 totalizan 1,5 millones de hogares y equivalen a al 46%. Y los hogares N3 representan el 19% y suman algo más de 640.000 usuarios.
Por el lado de Edesur (en manos del grupo italiano ENEL, con cartel de venta desde el año pasado), los usuarios residenciales que tendrán los mayores aumentos por la poda total de los subsidios alcanzan a casi 840.000 hogares, el 35% del total. Por su parte, los N2 de bajos ingresos abarcan a 1,1 millones de hogares (43%), mientras que los N3 llegan a 550.000 hogares (22%).
Desde fines de marzo, el Gobierno viene desplegando una intensa y masiva campaña para que una mayor cantidad de usuarios que quedaron inscriptos como N1 soliciten el mantenimiento de los subsidios y su reempadronamiento en los segmentos 2 o 3.
Según el análisis de los funcionarios de Energía, habría alrededor de 1,5 millón hogares anotados como N1 que están asentados mayoritariamente en la región metropolitana del AMBA que estarían en condiciones de conservar los subsidios y quedar transitoriamente al margen de los aumentos previstos a partir de mayo.
Se trata una gran cantidad de hogares de ingresos bajos que por desconocimiento o carencia de conexión informática o por no perder el acceso a la compra mensual de dólar oficial todavía no se anotaron en el régimen de subsidios y automáticamente quedaron ubicados en el segmento más alto.
Fuente: iProfesional