Por Antonio Rossi
Con los cambios introducidos en las últimas horas de 2022 en la política tarifaria de los colectivos y trenes, tanto el ministro de Economía, Sergio Massa, como su par de Transporte, Diego Giuliano, dejaron instalada la sensación de que se han tomado en serio el tradicional dicho popular de “Año nuevo, vida nueva”. Tras haber mantenido prácticamente congelados desde diciembre de 2019 los precios de los boletos en la región del AMBA, la administración de Alberto Fernández se apresta a transitar su último año de gestión con un cronograma de ajustes que, excepto en febrero, contempla la aplicación de aumentos tarifarios en las líneas de colectivos y servicios ferroviarios durante todos los meses de 2023.
La nueva estrategia tarifaria apunta a trasladar al público usuario los mayores costos operativos del transporte y morigerar los desembolsos de subsidios que impactan en las cuentas públicas. Comenzó a regir desde el primer minuto de este domingo de enero con una suba promedio del orden del 40%.
Luego una breve tregua en el segundo mes del año, los boletos de los colectivos y trenes que unen la Capital Federal y el Gran Buenos Aires empezarán a remarcarse cada 30 días con un incremento que alcanzará, como mínimo, el índice inflacionario registrado dos meses atrás. La renovada “hoja de ruta” tarifaria para el transporte público está en línea con los compromisos económicos y fiscales que asumió el Gobierno con el FMI y con las metas que figuran en el Presupuesto 2023.
Tras un rojo fiscal en 2022 que va camino a cerrar en el 2,5% del PBI, los números presupuestados para el próximo año indican que el déficit fiscal primario será del 1,9% del PBI y que la reducción de los subsidios destinados a transporte, energía y agua llegará al 0,6% de PBI.
Los nuevos cuadros tarifarios y el esquema de actualización diseñado para 2023 quedaron aprobados por medio de una mega resolución de la cartera de Transporte que también incluyó los distintos aumentos y valores de referencia que correrán para los trenes regionales y de larga distancia que opera la empresa estatal SOFSE.
Tras una acotada y decorativa instancia de “consulta ciudadana virtual” desarrollada entre el 26 y 28 de diciembre, la resolución 1017 que el ministro Giuliano publicó en el último Boletín Oficial del año justificó los aumentos con el argumento de que “resulta necesario trasladar una parte de los costos de explotación de los servicios a los cuadros tarifarios con la finalidad de mantener la ecuación económico-financiera que permita el sostenimiento del transporte automotor y ferroviario de pasajeros en condiciones de calidad y eficiencia”.
Las subas en juego para la región del AMBA elevarán el valor del boleto mínimo de colectivo, que permite recorrer una distancia de hasta 3 kilómetros, de $ 25,20 a $ 35. La segunda sección (de 3 a 6 kilómetros) pasará de $28 a $ 39 y el tramo siguiente (6 a 12 km) subirá de $ 29,40 a $ 42. La sección de 12 a 27 km. saltará de $ $30,80 a $ 45 y en los tramos de 27 a 45 kilómetros, el boleto se irá de $ 32,20 a $ 48 por viaje.
En tanto, en los ferrocarriles Roca, Belgrano Sur, Belgrano Norte y Urquiza las nuevas tarifas serán las siguientes: $17 para la primera sección; $ 22 para la segunda sección y $ 27 para la tercera.
En el caso de las líneas Mitre, Sarmiento y San Martín, los boletos subirán a $22 para la primera sección; $ 28 en la segunda y $ 30 en la tercera sección.
Provincias versus AMBA
Los aumentos no alterarán el actual esquema de bonificaciones adicionales de la red SUBE, por el cual quien realiza una combinación tiene un descuento del 50% en ese boleto y del 75% en caso de que vuelva a tomar otro medio de transporte dentro de un lapso que no supere las dos horas. Además, se mantendrá la “tarifa social” que tiene un descuento adicional del 55% y los viajes gratuitos tanto para las personas con discapacidad, como para estudiantes de los niveles inicial, primario y secundario de instituciones públicas o privadas con aportes del Estado.
En la práctica, el ajuste promedio del 40% fijado para enero casi no trastoca la asimetría en los boletos que existe entre el AMBA y el interior del país, donde se abona por cada viaje una tarifa mínima que oscila entre los $ 70 y $ 120.
No obstante, el mecanismo de remarcación mensual diseñado hasta fines de 2023 le permitirá al massista Giuliano atemperar, en parte, las quejas que levantan las provincias y municipios por el desigual reparto de subsidios que beneficia ampliamente a las líneas metropolitanas.
En las negociaciones en el Congreso para aprobar la ley de Presupuesto, los gobernadores lograron sacarle a Massa una partida inicial de subsidios para las líneas del interior que roza los $ 7.100 mensuales.
Frente a eso, los dueños de los colectivos del AMBA van a arrancar el año con una partida asegurada de subsidios que asciende a $ 32.500 mensuales.
En el caso de los trenes regionales, la cartera de Transporte también incorporó un esquema de actualización tarifaria que regirá hasta diciembre de 2023. En vez de ser mensual como en el caso de los colectivos y trenes metropolitanos, la remarcación en los servicios de media distancia y regionales se aplicará en forma trimestral.
Un dato llamativo que preanuncia que, por ahora, el Gobierno no tendría intenciones de recortar los subsidios afloró por el lado de los trenes de larga distancia. Al fijar las tarifas de referencia para los distintos trayectos a Tucumán, Córdoba, Mar del Plata, Bahía Blanca, Rosario, Pehuajó, Daract y Junín; el área técnica de Transporte reconoció que tomaron como base un valor de $ 3 por kilómetro.
Según los números que manejan especialistas del sector, el costo operativo real de los trenes interurbanos se ubica en torno de los $ 60 por kilómetro. De esta manera, el pasaje que paga el público usuario representaría solo el 5% del gasto de operación por pasaje que afronta la ferroviaria estatal SOFSE, quedando el 95% restante a cargo del Estado vía subsidios.
Nota Editada en LetraP