Por Antonio Rossi
El consorcio integrado por Techint y SACDE, la constructora de Marcelo Mindlin y los principales ejecutivos de Pampa Energía, tendría asegurada la pole position en la carrera licitatoria que tiene como premio la adjudicación del contrato para la ingeniería de detalle y de reversión del Gasoducto Norte; obra clave para reemplazar el gas que dejará de enviar Bolivia con una mayor producción local de Vaca Muerta.
Además de la oferta del tándem que ha sido el ganador principal de los últimos proyectos de ampliación de la capacidad de transporte de gas, la empresa estatal Energía Argentina (Enarsa) recibió dos propuestas más para la reconfiguración del Gasoducto Norte. Una de las ellas corresponde a la empresa local BTU Hermanos; mientras que la restante fue presentada por Pumpco Pipeline Construction, subsidiaria de la constructora estadounidense de oleoductos y gasoductos MasTec Inc.
Si bien la participación de la compañía norteamericana es seguida con atención entre las empresas y especialistas locales del negocio gasífero, la mayor parte de los pronósticos le asignan a la oferta de Techint-SACDE las mayores chances para consagrarse como ganadora de las obras que rondarían los US$ 400 millones.
Tendría a favor dos datos relevantes: la experiencia de haber hecho las obras principales de la primera etapa del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK) y la disponibilidad de máquinas y personal especializado en soldaduras que vienen trabajando desde el año pasado.
Licitación demorada y obras atrasadas
Tras la recepción de las ofertas, los técnicos de Enarsa buscarán acelerar el cotejo y evaluación de las propuestas con el fin de poder adjudicar las obras en los próximos 15 días. Esta movida le permite a la empresa estatal comandada por el santacruceño kirchnerista Agustín Gerez compensar, en parte, el malpaso y el costo político que tuvo que afrontar hace dos semanas cuando se vio obligada a rescindir el contrato de construcción de la planta compresora de Salliqueló del GPNK. Ante el atraso en los trabajos y el incumplimiento de los plazos pautados, Enarsa le dio de baja a la obra civil y al montaje de los turbocompresores que estaban a cargo de la sociedad ESUCO – Contrera Hermanos.
Mientras la planta de Tratayén quedó en manos de SACDE y está pronto a habilitarse; la de Salliqueló apenas registra un avance del 35%, cuando ya debería estar en los tramos finales. Sin el funcionamiento de esas plantas compresoras complementarias, el GNPK no podrá incrementar su capacidad de transporte inicial de 11 millones de metros cúbicos diarios (MMm3/d) a 24 MMm3/d antes del próximo invierno, tal como había previsto el actual gestión gubernamental.
Reversión de cañerías
Las obras del Gasoducto Norte tienen como objetivo reemplazar el gas que dejará de enviar Bolivia con una mayor producción local de Vaca Muerta, lo que permitirá garantizar el suministro a partir del invierno que viene a las personas usuarias residenciales e industriales de las provincias del Noroeste Argentino (NOA). Técnicamente se trata de una reversión del sentido de circulación que tiene se gasoducto, para sustituir las importaciones del Altiplano con gas no convencional de la cuenca neuquina.
Las obras abarcan un nuevo un gasoducto de 122 kilómetros entre Tío Pujio y La Carlota con caños de 36 pulgadas que unirán los sistemas trocales de Trasportadora de Gas del Sur (TGS) y Transportadora de Gas del Norte (TGN). Un loop de 62 kilómetros paralelo al Gasoducto del Norte con caños de 30 pulgadas y la reversión de las plantas conversoras localizadas en Ferreyra y Deán Funes (Córdoba), Lavalle (Santiago del Estero) y Lumbreras (Salta).
Una vez que concluya la primera etapa, a partir del segundo cuatrimestre del 2024 se podrán despachar de los pozos de Vaca Muerta unos 19 millones de metros cúbicos de gas diarios (MMm3/d) a las provincias norteñas. Cuando se termine la segunda etapa, a fines de próximo año, la capacidad adicional de transporte subirá hasta 29 MMm3 diarios.
Negocio millonario
El costo total de las obras trepa a US$ 712 millones, que se afrontarán con un crédito de US$ 540 millones otorgado por el Banco de Desarrollo de América Latina-CAF y el resto con un aporte estatal.
La reseña oficial indica que se generarán 3.000 puestos de trabajo directos y 12.000 indirectos y que habrá un “ahorro anual” por sustitución de importaciones de US$ 1.960 millones. Además, según la perspectiva oficial, el país se vería beneficiado por una baja el costo de generación eléctrica y del gas natural para las industrias del NOA y por un incremento de las exportaciones gasíferas a Chile, Bolivia y al centro de Brasil.
Para acelerar los tiempos, Enarsa salió a contratar de manera directa y anticipada la provisión de los caños y las tuberías con SIAT-Tenaris, la empresa del grupo Techint. La siderúrgica del grupo que pilotea Paolo Rocca ya había sido la única proveedora de los casi 600 kilómetros de tubos que se utilizaron en la primera etapa del GPNK. El contrato de suministro de esas cañerías superó US$ 700 millones, con la particularidad de que la proveedora brasileña de las chapas de acero para la fabricación local fue una empresa que también está bajo la órbita de Techint.
Más allá del avance que se registra por el lado del Gasoducto Norte, el Gobierno arrastra un dato negativo: hasta ahora no ha podido poner en marcha la licitación del segundo tramo del GPNK entre Salliqueló y San Jerónimo que el ministro candidato Sergio Massa había prometido lanzar a principios de setiembre.
Nota Editada en LetraP