Por Antonio Rossi
Junto con la poda en las jubilaciones, el freno total de obras públicas y los recortes a universidades y provincias; uno de los pilares centrales de los superávits primario y financiero que el Gobierno de Javier Milei exhibe como un “hito y hazaña de nivel mundial” ha sido la suspensión de los fondos estatales a la Cammesa para que pueda hacer frente al pago de las facturas de las generadoras eléctricas.
En lo que va del año, la administradora del mercado eléctrico mayorista acumula una deuda con los dueños de las usinas y productoras gasíferas del orden de los US$ 2.000 millones. Si el ministro de Economía, Toto Caputo hubiera girado los subsidios energéticos en juego, las cuentas fiscales positivas que Milei levanta como bandera no serían tales y estarían marcadas en rojo.
En medio de los crecientes reclamos internos de las empresas afectadas y los primeros cuestionamientos que bajaron de EE.UU. y del FMI, Caputo salió a ofrecer una alternativa de pago para cancelar una parte de las obligaciones impagas con las generadoras, que rozan los US$ 1.200 millones, con bonos a largo plazo.
Tras correr de las negociaciones al secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo con quien mantiene una tensa relación; el ministro de Economía se reunió con las operadoras de las usinas (Central Puerto, Pampa Energía, AES, YPF Luz, Albanesi, ENEL, MSU y Genneia, entre otras) para anunciarles que prevé pagar parcialmente US$ 600 millones con bonos AE38 que vencen en 2038 y que actualmente cotizan con una paridad del 51%. Junto con esa opción, Caputo ofreció cancelar parte de las acreencias en pesos con otro título “dólar linked” (que vence en 2026 y se ajusta por el tipo de cambio oficial), pero sólo por la mitad del valor nominal de cada deuda.
Según lo informado por Economía, esa liquidación con bonos corresponde a las transacciones pendientes de diciembre pasado y enero de 2024 que debían haberse cancelado a los 60 días. Para los pagos de febrero en adelante, Caputo les dijo a las eléctricas que se irán abonando con la normalización de ingresos que vaya consiguiendo la Cammesa tras el último aumento del precio de la energía mayorista que rige desde ese mes.
Las generadoras se fueron de la reunión –que tuvo junto con Caputo como protagonista oficial destacado a Diego Aduriz, el Jefe de Asesores del ministro—con una doble sensación de derrota inicial que tratarán de revertir en los próximos días con una contrapuesta conjunta y planteos administrativos de manera particular.
Entienden que, al no incluir en el cálculo de lo adeudado los intereses y recargos por mora, el Gobierno busca imponerles una quita plena del 50% en el total que tienen por cobrar por las transacciones de diciembre y enero. Además, consideran que el pago con bonos implica una virtual ruptura de los contratos vigentes que pone en riesgo, tanto la cadena de pago a proveedores y contratistas, como la devolución de los créditos y las líneas financiación que obtuvieron de fondos e inversores del exterior que tienen como garantía el cobro de la energía vendida a la Cammesa.
Según indicó a LetraP uno de los empresarios que participó en la reunión con Caputo, “el grave problema que no estaría viendo el Gobierno con esta medida es que los contratos PPA de suministro de energía a Cammesa, que vienen de las gestiones de Néstor Kirchner y Mauricio Macri, nunca fueron defaulteados porque sirven de respaldo de distintos bonos por US$ 5.000 millones que cotizan en Nueva York”.
Agregó que “si ahora se cambian las reglas de juego, las empresas tendrán que informar expresamente lo ocurrido ante la Security Exchange Comission (SEC) de Nueva York y la Comisión Nacional de Valores (CNV), lo cual representaría una nueva traba para la llegada de las inversiones privadas que necesita Milei, no solo para apuntalar el crecimiento del sector energético, sino también para poder llevar adelante las obras de ingeniería e infraestructura que ha dejado de hacer el Estado”.
Una primera señal en ese sentido se registró en la última semana. Ante un pedido de información efectuado por la CNV, Pampa Energía—el grupo que conduce Marcelo Mindlin—precisó que a sus usinas les deben $ 133.191 millones, mientras que la filial local de la estadounidense AES indicó que tiene sin cobrar $ 37.483 millones.
En caso de rechazar la forma de pago que pretende imponer Caputo, tanto AES como la italiana ENEL tienen la posibilidad de acudir al tribunal internacional del CIADI para presentar una demanda indemnizatoria contra el Estado.
Las generadoras también le reprochan a Caputo y a Rodríguez Chirillo que no hayan salido a exigirles a Edenor, Edesur y las distribuidoras estatales y privadas del interior que se pongan al día con los pagos de las facturas que les adeudan a la Cammesa por la energía reciben del sistema.
Según el último informe de cobranzas de Cammesa que llega hasta el 12 de abril, la mayoría de las distribuidoras del país adeudan un total $ 922.298 millones que equivale a casi el 83% de las deudas acumuladas con las generadoras.
Nota Editada en LetraP