Por Antonio Rossi
La reducción de tres años a tres meses en el tiempo para suprimir los subsidios y los reajustes mensuales fueron las dos notas llamativas de la primera audiencia realizada por la administración de Javier Milei para dar vía libre a los tarifazos en los servicios públicos; y que, a partir de febrero, impactarán de manera directa y permanente en las facturas de gas de la clientela residencial con incrementos de hasta un 420%.
A menos de un mes de que el ministro de Economía, Toto Caputo anunciara que la eliminación total de los subsidios energéticos se iba a concretar en un plazo de tres años; el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo sacudió el tablero al confirmar que, en el caso del gas, la quita integral de las compensaciones estatales se va a concretar en apenas tres meses.
La aplicación del Plan Motosierra a velocidad máxima para fulminar los subsidios implica, en la práctica, el regreso a la dolarización plena del precio del gas natural en el Punto de Ingreso al Sistema de Transporte (PIST) que rigió durante la era menemista y el último tramo de la gestión macrista.
Rodríguez Chirillo precisó que en la actualidad el precio promedio del PIST es de u$s4 por millón de BTU (unidad de medida del sector), pero que lo que pagan las personas usuarias es de u$s/MBTU 1,50 al tipo de cambio previo a la devaluación. Eso hace que, al valor del dólar oficial, quienes consumen sólo abonen el equivalente al 17,5% del precio del gas; mientras que el Estado cubre con subsidios el 82,5% restante.
Impacto en la factura
El precio del gas es el principal componente de la factura hogareña. Representa, en promedio, alrededor del 45% de la torta total. Se suman el costo de distribución, equivalente al 25%; el segmento del transporte, que alcanza al 12%; y los impuestos que se llevan el 25% promedio de cada boleta.
Rodríguez Chirillo explicó que la nueva política tarifaria consiste en "la eliminación del subsidio y el traslado total del PIST a las facturas en los meses de febrero, marzo y abril". Esa dolarización plena del gas implicará en los hechos un aumento de casi 400% en el valor del metro cúbico y se aplicará dividido en tres cuotas del orden del 133% mensual.
Más allá de la falta de precisiones oficiales y las hipótesis de cálculos que barajan consultoras y especialistas del sector, el aumento específico en el precio del gas va camino a tener un impacto en las facturas a pagar desde abril en torno del 200% promedio. A eso habrá que añadirle los ajustes que el Gobierno convalide para las distribuidoras y transportadoras.
A juzgar por los planteos de las empresas y el atraso reconocido por quienes atienden el área de Energía, esos componentes del servicio gasífero podrían llegar a registrar un aumento promedio del 200% y 220%. De esta manera, el impacto final total que se reflejaría en las boletas residenciales se ubicaría entre un 400% y un 420% promedio en relación con las tarifas vigentes hasta ahora.
Actualización automática
El segundo dato relevante que confirmó Rodríguez Chirillo es la introducción en las reglas de juego del negocio gasífero de una nueva cláusula de “actualización automática y permanente”, que irá ajustando todos los meses las porciones tarifarias de las distribuidoras y transportadoras. Ese mecanismo comenzará a correr desde marzo y estará ligado a la variación del índice de precios mayoristas.
Hasta ahora, los contratos de las gasíferas preveían una instancia de actualización por mayores costos operativos y salariales cada seis meses, si se superaba determinado límite, o de manera anual con un previo llamado a audiencia pública. Con este cambio, las boletas de gas se subirán a la ola de remarcaciones mensuales que predomina en los precios de los alimentos y productos de consumo masivo.
Nota Editada en LetraP