Por Antonio Rossi
En medio del nuevo ordenamiento económico y la desregulación de actividades que puso en marcha el Gobierno de Javier Milei y el impacto de la devaluación y el reacomodamiento general y masivo de los precios; el transporte automotor de pasajeros y cargas arranca 2024 con un pronóstico dispar que se perfila bastante duro y complejo para las compañías de ómnibus, pero más alentador y promisorio para las empresas de camiones.
Tras haber registrado el verano pasado una temporada récord de pasajeros transportados a los centros turísticos, las líneas de ómnibus de larga distancia se aprestan a afrontar los meses de enero y febrero con un nivel de servicios que podría estar entre un 10% y 20% por debajo de los números de igual período de 2023.
Las razones principales de ese descenso se encuentran en los bolsillos de los usuarios por los mayores ingresos y la utilización de los ahorros que deben disponer para hacer frente a la doble ola remarcatoria de precios desatada desde el 10 de diciembre en alimentos y combustibles y la que está en camino para los primeros días de enero en servicios públicos e impuestos.
Además, en el caso de los pasajes los mismos aumentaron desde fines de noviembre entre un 30% y 45% y no se descartan que, con la nueva suba del gasoil, vuelvan a actualizarse durante enero.
El menor desplazamiento estival de pasajeros en los ómnibus de larga distancia va de la mano de la caída que se observa en las ocupaciones hoteleras y alquileres de casas y departamentos en las principales plazas turísticas.
Tanto las agencias de viajes y turismo, como las entidades hoteleras coinciden en señalar que, el promedio de ocupación y visitantes en la costa atlántica bonaerense oscilará en enero entre un 60% y 70% de un año normal.
Cae la cantidad de viajes de micros a centros turísticos
En el caso específico de Mar del Plata, la proyección más optimista indica que en el verano llegarían entre un 35% y 40% de turistas menos que la temporada estival pasada. En Salta, esperan una merma del 45% al 50%; mientras que para las regiones de Córdoba y Cuyo, las estimaciones preanuncian entre 25% y 35% menos de gente viajando por vacaciones.
La marca inflacionaria en torno del 30% prevista para diciembre y el nuevo salto de ese nivel que podría darse en enero, prácticamente no dejan chances de que registre en febrero algún repunte en los ómnibus de larga distancia. De hecho, para los próximos cambios de quincena, las empresas no tienen previsto sacar servicios de refuerzos para atender los picos de traslados como en otras temporadas.
La apuesta del sector es ajustar números y aguantar hasta mediados de año para ver si las medidas económicas y el cambio de rumbo político comienzan a dar resultados.
Por el lado de las líneas de colectivos urbanas, lo que predomina es la incertidumbre sobre que pasará con el nivel de actividad económica y productiva en los primeros meses del año.
Luego de que las principales figuras de la administración mileísta admitieron que habrá que atravesar un período de "estanflación", las compañías que prestan servicios locales -tanto en el AMBA, como en el interior del país- estiman que tendrán que atender durante el primer cuatrimestre del año entre un 5% y 10% menos de demanda de pasajeros con respecto a 2023.
Camiones para arriba en 2024
El panorama para las empresas de camiones en 2024 se inicia con buenas noticias, tras haber sufrido el año pasado el trago amargo de la histórica sequía que llegó a reducir a casi la mitad el movimiento de cargas a las plantas industriales y terminales portuarias.
El crecimiento de la actividad agropecuaria y la mayor producción granelera calculada para la actual campaña 2023-2024 implicará 1.300.000 viajes en camión más en las rutas nacionales que el año pasado.
Según el análisis elaborado por los especialistas Guido D’Angelo, Pablo Ybañez y Alfredo Sesé de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR); para este año se prevé un crecimiento del 75% del transporte por camión y alrededor de 2.900.000 vehículos de cargas volviendo a circular a lo largo y ancho del país.
El informe destacó que "la recuperación productiva que se espera para la campaña 2023/24 traerá también una recuperación para la logística de granos en el país. Para los principales complejos agro, la próxima campaña augura 41 millones de toneladas más de embarques respecto a la cosecha 2022/23. De esta manera, el volumen transportado crecería cerca de 72% interanual".
El trabajo de los técnicos de la BCR precisó que "del total de más de 82 millones de toneladas de embarques que esperan los puertos en 2024; el 83,4% arribará en camiones, mientras que un 16% lo hará en trenes de cargas y 0,6%, en barcazas".
En el caso del ferrocarril, los números indican que en la próxima campaña estará en condiciones de movilizar alrededor de 15 millones de toneladas entre granos, subproductos y aceites. "Esto equivale a más de 330.000 vagones, sumando los arribados tanto a los puertos del Gran Rosario, como a Bahía Blanca y Quequén. Con una suba de más del 50%, el modo ferroviario podrá llenar y transportar unos 110.000 vagones más que los utilizados durante la cosecha anterior", según el informe de la BCR.
En cuanto al transporte fluvial, se espera que movilice por la hidrovía cerca de 600.000 toneladas en aproximadamente 410 barcazas y remolcadores, alcanzando un nivel similar a los anotados en las campañas agrícolas previas a la sequía.
Fuente: iProfesional
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