Es una de las líneas de subte más largas de la red, la más céntrica de la Ciudad y la que atraviesa dos de sus comunas más densas. Pero, también, la que acusa más problemas en los últimos meses. Demoras constantes y coches llenos aquejan a los usuarios de la B, quienes además enfrentan el dilema de elegir entre formaciones más nuevas con ventilación pobre, o más viejas pero con ventanas abiertas.
“Hace un par de meses que la línea B figura 'con demoras' o 'con demoras por medida de fuerza gremial'. En cualquier caso, no se está cumpliendo la frecuencia de tres minutos de la que tanto hablaba Larreta. Ahora es de cinco o seis minutos en hora pico. A veces de diez”, lamenta Ezequiel Cohen (35), que viaja todos los días a las 8 desde Villa Crespo hasta San Telmo.
Ezequiel no exagera: la misma información de la concesionaria Emova le da la razón. Para muestra valen los registros oficiales del mes pasado, aunque el problema sea anterior. De los 28 días que tiene febrero, en 15 hubo demoras en la línea (hasta tres en una sola jornada). A su vez, el servicio estuvo limitado en cuatro días distintos (1, 13, 20 y 21 de febrero) y quedó directamente interrumpido el primero y el 14 del mes.
Las demoras duran entre 20 minutos y ocho horas seguidas. El día más complicado de febrero fue el jueves 23, cuando el servicio sufrió retrasos entre las 7.37 y las 10.40 y, más tarde, entre las 14.58 y las 22.05. Las otras dos jornadas más complicadas fueron la anterior y la siguiente (22 y 24), con demoras durante tres horas por la mañana y más de cinco por la tarde en ambas fechas.
En esos casos, la concesionaria acusó medidas de fuerza gremial. La Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSyP), más conocida como Metrodelegados, contestó vía stickers pegados en estaciones: “No hay conflicto gremial. Emova es responsable por la falta de trenes”.
Qué dicen SBASE, Emova y el gremio
Desde Subterráneos Buenos Aires (SBASE), la empresa estatal que administra la red, informan que las demoras que sufrió la línea B en lo que va de 2023 se deben a “causas técnicas, pasajeros que requieren atención médica y, en algunos casos, medidas de fuerza gremial”. Emova, en cambio, no emitió respuesta sobre ese punto en particular.
“No hay ningún conflicto gremial. Las demoras tienen que ver con que faltan trenes en condiciones. Tendríamos que tener al menos 25 habilitados para salir y hay días que damos servicio con 15, 12 o hasta 8. Tanto la flota de Mitsubishi como la de CAF 6000 están contaminadas con asbesto y carecen de mantenimiento preventivo”, resalta Claudio Dellecarbonara, vocal del Secretariado Ejecutivo de la AGTSyP.
En Emova, en cambio, sostienen que las formaciones “no están fuera de servicio por asbesto”, sino que “salen de servicio por alguna necesidad de mantenimiento”. “Cuando implica trabajar con protocolo de trabajo con exposición a asbesto, se hace más lenta su ejecución y así queda más tiempo fuera de servicio”, afirma un vocero de la empresa.
Desde la concesionaria señalan además que, una vez identificados los componentes con asbesto, se elaboró un plan de desasbestizado, que “se va llevando a cabo”. En SBASE dan más precisiones: afirman que se finalizó el desasbestizado en la flota Mitsubishi (de fines de los cincuenta) y avanzan con la de CAF 6000 (de fines de los noventa). “Salvo la formación que se está interviniendo, no hay trenes fuera de servicio a causa del asbesto”, señalan.
Los Metrodelegados afirman por el contrario que los Mitsubishi no pueden terminar de desasbestizarse “porque sus chasis están totalmente cubiertos de pintura con asbesto”, dice Dellecarbonara. “Si se desasbestizaran, se correría el riesgo de diseminar todas las fibras en el ambiente. Lo único que puede hacerse en ellos es retirarlos del servicio y reemplazarlos por nuevos”, agrega.
SBASE planea reemplazar los Mitsubishi -que ya cumplen 64 años- con la compra de 16 formaciones de seis coches cada una. Para eso, llevó adelante un proceso de data-room, una reunión en la que participaron expertos y fabricantes de material rodante. Con todo, la consulta pública previa a la adquisición se prorrogó y el lanzamiento de la licitación aún no tiene fecha.
Rojo de línea B, de calor y de bronca
Rojo es el color que caracteriza a la línea. Rojo es también el alerta que habría que emitir por sus altas temperaturas: a la ausencia de ventiladores en las estaciones menos céntricas -como Echeverría, la segunda más profunda de toda la red- se le suman formaciones cuya ventilación se queda corta. Mientras tanto, los usuarios están rojos de bronca.
“Ya van al menos siete veces que tengo que bajarme de los subtes 'nuevos' porque supuestamente tienen aire pero no lo prenden o no funciona bien. Empiezo a transpirar como si tuviera la presión baja -grafica Amanda Santos (38), que une Villa Urquiza con Balvanera a diario-. Se abren las puertas y siento que respiro porque entra aire de afuera”.
Es que las únicas formaciones con aire acondicionado son las CAF 6000, pero el sistema no funciona adecuadamente en toda esa flota y, para peor, las ventanas están cerradas herméticamente. Así, los abanicos son moneda corriente y hay quienes optan por viajar en coches sin aire acondicionado pero con ventanas abiertas.
Consultado por este diario, el vocero de Emova sostiene que “no se han reportado mayores inconvenientes, excepto algún caso aislado”. El motivo invocado: “La mayor exigencia a la que están sometidos los equipos por las altas e inusuales temperaturas de las últimas semanas”, sigue la misma fuente.
Desde SBASE, en tanto, aseguran que la mayoría de las fallas en el aire acondicionado son “incidentes puntuales que se resuelven inmediatamente mediante el reseteo del sistema”. “En otros casos, se interviene la formación para hacer el mantenimiento que corresponda”, sigue la misma fuente.
Con todo, tanto el registro de esta cronista como los testimonios recogidos y las publicaciones en redes sociales suman tantos casos aislados como para formar un patrón frecuente. “Esto viene de hace meses. Cuando no hace calor también pasa”, denuncia Victoria Sanjuan (45), vecina de Almagro.
Los problemas en la línea B nunca fueron novedad, pero sí que ocurran hasta de noche, en verano e incluyan fallas de ventilación. El endoso de responsabilidades entre las partes parece no tener fin. Mientras tanto, el subte sigue sin recuperar el nivel prepandémico de pasajeros. Todo indicaría que habría que cuidar a quienes lo eligen, que en el caso de la B, la mas concurrida, son unos 120.000 todos los días.
Fuente: Clarín