La empresa estatal Enarsa estaba próxima a firmar los contratos de adjudicación de un proyecto clave para sustituir importaciones de Bolivia por gas de Vaca Muerta. Se trata de la reversión del gasoducto del norte, que cambiará la dirección del flujo del gas, para que el sentido de la inyección pase a ser de sur a norte. Sin embargo, tras la elección presidencial, la empresa confirmó que se postergará la definición para que la decisión quede en manos de la nueva gestión.
Si bien en la industria energética hay unanimidad acerca de la importancia del proyecto, el contrapunto que puede surgir entre la actual licitación y las ideas del próximo gobierno están en la forma de financiamiento, ya que el presidente electo, Javier Milei, avisó que no hay plata para obras públicas.
Las obras de reversión demandan una inversión de US$710 millones, que se cubre con un crédito del Banco de Desarrollo para América Latina y el Caribe (CAF) de US$540 millones. Pero los US$170 millones restantes iban a surgir de la compañía Cammesa, a cargo de los despachos de energía eléctrica. Si bien se trata de una empresa privada, es controlada por el Estado y necesita de fondos públicos para cubrir su creciente déficit por el subsidio a las tarifas de luz.
“No tenemos plata, por lo cual, las obras pueden ser entregadas al sector privado y que las terminen ellos. Tenemos déficit fiscal, no hay plata. Vamos a ir a un sistema de iniciativa privada ‘a la chilena’. Le buscará la forma el que hace el proyecto”, dijo ayer Milei en una entrevista con Alejandro Fantino.
El 25 de octubre pasado, Enarsa había abierto las ofertas económicas de la licitación. Para acelerar el proceso de la obra, se había dividido el proyecto en distintos tramos, al igual que se hizo con la construcción del gasoducto Néstor Kirchner. El primer tramo de la obra iba a quedar en manos de la sociedad compuesta por Techint y Sacde (la empresa de Marcelo Mindlin), que presentó una oferta más económica que la de BTU.
“Estamos en un proceso de licitación donde hemos presentado ofertas el 29 de septiembre y se abrieron el 25 de octubre los sobres económicos del primer renglón de los tres en los que se divide la obra. Al momento estamos a la espera que Enarsa se pronuncie respecto de este primer renglón dentro del proceso licitatorio”, dijeron en unas de las empresas constructoras.
Este tramo consiste en la reversión del sentido de inyección del gas en cuatro plantas compresoras, la construcción de 22 kilómetros del gasoducto desde Tío Pujio a La Carlota con caños de 36 pulgadas de diámetro, y el tendido de dos loops (ampliaciones) paralelos al Gasoducto Norte, de 62 kilómetros de extensión con cañerías de 30 pulgadas de diámetro.
La obra es necesaria porque cada año declina la producción de gas de Bolivia y las centrales térmicas del norte argentino dependen de ese suministro. Este año, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) se había comprometido a enviarle a la Argentina cinco millones de metros cúbicos día (m3/d) para el período estival y 10 millones para el período invernal.
La situación es peor para el año próximo, porque a partir del 31 de mayo, se terminan los contratos en firme y Bolivia no estará obligada a venderle gas a la Argentina. Al contrario, YPFB se comprometió a aumentar sus ventas a Brasil, un país que paga a término, a diferencia de las demoras argentinas por la falta de dólares.
Reemplazar el gas de Bolivia por producción local también será más beneficioso para las cuentas fiscales y externas del país, ya que no solo evitará la salida de divisas, sino que el gas de Vaca Muerta es más económico. Según los últimos contratos firmados, la Argentina pagó en promedio US$9,8 el millón de BTU (medida inglesa que se utiliza en el sector) en el trimestre entre abril y junio pasado, mientras que el gas de Vaca Muerta costó alrededor de US$3.
El conjunto de los trabajos consiste en la construcción de un nuevo ducto entre las localidades de Tío Pujio y La Carlota, en Córdoba, de 122 km de extensión, con caños de 36 pulgadas de diámetro; dos loops (ampliaciones) de 62 kilómetros junto a la traza del Gasoducto Norte, con caños de 30 pulgadas de diámetro, y hacer la reversión del flujo gas de las cuatro plantas compresoras localizadas en Córdoba, Santiago del Estero y Salta.
La obra de reversión del gasoducto norte llevará el gas de Vaca Muerta a las industrias de Córdoba, Tucumán, La Rioja, Catamarca, Santiago del Estero, Salta y Jujuy. También permitirá la conexión de hogares a las redes de gas natural y el desarrollo a escala de nuevas actividades industriales, especialmente la minería de litio.
Fuente: La Nación