El gobierno analiza desregular los micros de larga distancia y que las empresas puedan eludir las terminales actuales y salir desde cualquier lado. La medida complicaría a Néstor Otero, el zar de Retiro. Además, la intención es liberar las rutas en todo el país.
La única terminal de jurisdicción federal en la Argentina es Retiro, que sigue en poder de Néstor Otero. El empresario continúa operando con un permiso de concesión precario renovado en 2023. Si bien la Ciudad estaba en negociaciones para que Nación le transfiera el edificio, no hubo progresos significativos.
Hay quienes se preguntan si no sería más simple quitarle el permiso precario a Otero que dar vuelta todo el sistema de transporte nacional. Es que el gobierno analiza eliminar la totalidad de regulaciones del sector, incluidas las terminales, hasta ahora determinadas por la CNRT.
Si una empresa tiene un galpón en San Fernando, Barracas, Lugano, La Boca o en Once, podría elegir ese punto como terminal de llegadas o salidas. En ultima instancia será cada jurisdicción la que la termine habilitando, pero la medida podría ocasionar un caos de tránsito en las grandes ciudades como Rosario, Córdoba o la Capital.
La única función de la CNRT sería entonces controlar el estado de los micros que realizan los trayectos. La paradoja es que concentrar todos los servicios en un mismo lugar permite que los pasajeros compararlos y elegir el más conveniente.
Vía Bariloche, que controla cerca del 40% del tráfico del sector de larga distancia, es una de las mayores impulsoras de la desregulación total, aunque no todas las empresas están de acuerdo con los resultados que podría ocasionar.
"Hoy por hoy necesitamos que termine esta recesión espantosa, que la gente empiece a desplazarse de nuevo, no le veo el sentido a una medida desregulatoria. Las preocupaciones en este momento son otras", comentaron a LPO desde una de las grandes jugadoras del mercado. "Va a generar mucha competencia ilegal", agregaron.
Desde 2016, las compañías de larga distancias pasaron de 50 millones de pasajeros a 22 millones. Con el ajuste, esa cifra sigue bajando. Si la recesión se prolonga, serán pocas las que tengan espalda para subsistir.
"Cuando se desregula el sector, el transporte terrestre tiende a desarrollarse, así pasó en México, Colombia o Brasil, que son los ejemplos más similares al nuestro. En Argentina tenés empresas que controlan determinadas rutas y no permiten que entren otras. Ese monopolio termina perjudicando a los pasajeros", explicaron desde otra de las grandes jugadoras del sector.
Fuente: LPO