“Me llamó la atención que Horacio (Marín) no mencionara ni una sola vez a Petronas a lo largo de toda su presentación sobre el potencial de la Argenitna como productor de GNL. Prefirió hablar de su viaje a la India para intentar sumar a las empresas de energía de ese país como offtakers (compradores) del gas argentino en lugar de dar detalles del proyecto anunciado con Petronas”.
Las palabras, compartidas a este cronista el jueves pasado en Houston por un empresario petrolero que participó del evento organizado por el IAPG en el hotel Hilton DoubleTree, retumbaron hoy con fuerza después de que Marcelo Bonelli publicara en Clarín que la salida de la petrolera malaya del megaproyecto de Gas Natural Licuado, anunciado por el gobierno de Javier Milei a fines de julio, está decidida “en un 95%”. Antes de viajar a Texas, el martes de la semana pasada, Marín también había omitido nombrar a la empresa de Malasia durante una entrevista con José del Río, secretario de La Nación, durante un evento por los 110 años de Shell. «Elegimos India como primer país para el GNL porque será el motor del mundo en la década siguiente«, señaló el presidente y CEO de YPF.
¿Por qué tentar a India para que se sume como offtaker del gas argentino si ese rol en el negocio ya estaba reservado para Petronas, un jugador bien posicionado en el mercado global de GNL?
Según el cronograma establecido en el Memorando de Entendimiento (MOU, por sus siglas en inglés) vigente con YPF, la empresa malaya tiene que tomar una decisión relevante en el último bimestre del año: debe decidir si integra los fondos necesarios para completar los trabajos de ingeniería de detalle de la planta de licuefacción que YPF quiere instalar en Punta Colorada, Río Negro. En total, son unos US$ 180 millones de inversión, cuya ejecución debe estar comprometida a más tardar en diciembre de 2024, según indicaron a EconoJournal allegados a la petrolera bajo control estatal. YPF está decidido a solventar esa inversión, pero desde Kuala Lumpur aún no dieron el visto bueno. En términos contractuales, si a fin de año Petronas no desembolsa ese dinero, su participación en el proyecto de licuefacción de GNL se caerá por su propio peso. Eso es un hecho.
Sobrerepresentado
EconoJournal consultó este martes a voceros de la petrolera malaya en Buenos Aires, que dos días más tarde informaron que no realizarían comentarios al respecto. Pero allegados a YPF reconocen que hoy el escenario más probable es que Petronas se termine retirando del proyecto.
Otro importante directivo de la industria petrolera lo puso en estos términos: “La política siempre tiene la tentación de sobrerepresentar, con fines políticos de corto plazo, las expectativas reales de megaproyectos de inversión como este. En julio cuando el vocero del Presidente (Manuel Adorni) celebró la inversión del GNL en Río Negro por US$ 30.000 millones (casi un 10% del PBI argentino), el gobierno usufructuó el capital simbólico y la legitimidad de Petronas, que efectivamente es uno de los grandes jugadores del mercado mundial de GNL, pero en los hechos nunca hubo un contrato vinculante firmado, sólo cartas de intención”.
Alternativas
Por más que la salida de Petronas se formalice o su rol se redefina en las próximas semanas, YPF confía en encontrar nuevos socios interesados en el proyecto de GNL. “Con India creo que estamos para pasar a una segunda fase. Con Hungría y Alemania ya tuvimos dos reuniones y seguimos. Además, estamos negociando con dos super majors (una sería Shell, que está presente en Vaca Muerta y es el principal productor de GNL del planeta, que sin embargo prefiere ser cauto a la hora de analizar las chances reales de la Argentina para ingresar al selecto grupo de países productores de gas licuado). Hay mucho más interés del que ustedes creen”, indicó Marín el jueves pasado en la jornada “Shale en Argentina”, organizada por el IAPG en Houston. “Este proyecto el año pasado era una locura. Pero hoy hay otro mood (humor). La Argentina cambió y hay mucho interés de países que, después de la guerra (en Ucrania), quieren diversificar su provisión de gas natural por razones de seguridad energética”, agregó el presidente de YPF.
En cualquier caso, la materialización de una planta de licuefacción de GNL implica un trabajo de una complejidad mayúscula. Por caso, en México, la segunda economía de América latina, la empresa México Pacific enfrenta una demora de más de dos años para destrabar la construcción de la planta GNL Saguaro Energía, que prevé una inversión de US$ 16.000 millones para exportar gas producido en Permian —la principal formación de shale oil de EE.UU., que produce altos niveles de gas asociado—, ubicada del otro lado de la frontera estadounidense.
“Saguaro Energía es un proyecto interesante. Hay bancos interesados en financiar 8.000 de los 16.000 millones de inversión, pero México Pacific debe conseguir los 8.000 millones restantes entre las empresas que quieran participar del equity de la planta (como por ejemplo, una empresa productora de gas). Pero pese a que ya invirtieron 200 millones en trabajos de pre-construcción, la obra está frenada por falta de financiamiento”, explicó un consultor que sigue de cerca la iniciativa.
En conjunto
Marín destacó en Houston —al igual suele hacerlo cuando da una entrevista a un medio periodístico— que el proyecto de GNL no es una iniciativa exclusiva de YPF. Todo lo contrario. La idea es sumar a la mayor cantidad de petroleras, como Pan American Energy (PAE), Tecpetrol, Pampa, Pluspetrol y CGC, entre otras. “Nuestro objetivo es abrir el mercado, porque lo más difícil es conseguir el contrato por las 10 primeras millones de toneladas de GNL por año. En los próximos meses queremos abrir comisiones comerciales para que se sumen directivos de otras empresas”, explicó en Houston y adelantó que si las negociaciones con India son favorables, un equipo de 25 ejecutivos de YPF podría radicarse en el país asiático para diseñar la escala y las características técnicas de un proyecto de licuefacción entre ambos países.
Según un relevamiento realizado por EconoJournal entre los principales productores de gas del mercado argentino, las negociaciones para sumarse al proyecto de GNL que lidera YPF aún son informales y están en una etapa gestacional. Además, las conversaciones al máximo nivel de la industria se erosionaron en los últimos meses como consecuencia de la disputa por los activos de ExxonMobil en Vaca Muerta —de hecho, la ejecución de algunos proyectos de infraestructura en la industria de Oil&Gas están supeditados a cómo se resuelva ese proceso de venta, que está demorado—. El proceso de venta de ExxonMobil tiene en la recta final a tres grupos empresarios del mercado petrolero doméstico: a) Tecpetrol junto con Vista; b) YPF junto con PAE y c) a Pluspetrol por su cuenta.
Flotante
La única iniciativa de GNL que se anunció formalmente hasta ahora es la que lidera Pan American Energy (PAE), que se asoció con Golar, una empresa de tecnología especializada en infraestructura marítima de licuefacción, para producir 2,45 millones de toneladas (MTPA) por año de GNL a partir de 2027.
Golar incluso anunció esta semana la inversión de US$ 2200 millones para construir una nueva unidad flotante de licuefacción (FLNG) por 3,5 MTPA anuales que podría ser parte de una segunda etapa del emprendimiento que anunció PAE en el país. Algunas petroleras como Pampa Energía y Pluspetrol consideran que la inversión en plantas flotantes de GNL es más factible para un país como la Argentina —con altos niveles de volatilidad macroeconómica—, dado que no requieren de inversiones millonarias hundidas en tierra antes de empezar a producir. Como la inversión en la fabricación de la FLNG corren por cuenta de los tecnólogos —como Golar—, los proyectos de este tipo se apoyan en los gastos operativos que demandan para funcionar —es decir, en el OPEX,— que se pueden interrumpir o renegociar si algo sale mal.
Fuente: EconoJournal