Hubo aviso, pero ese preludio no mitiga el impacto que tendrán los apagones eléctricos que se esperan para los próximos meses, en especial el período comprendido entre diciembre y febrero, los meses de mayor calor. Menos generación y problemas estructurales en el transporte y la distribución en el algunas provincias generan un combo complejo. En el medio están las tensiones y especulaciones políticas: la oposición cuestiona el "abandono" de la regulación y la planificación por parte del Gobierno de Javier Milei y también los problemas financieros que se generaron en la cadena de valor energética. Es que a pesar del nuevo enfoque discursivo y del aumento de las tarifas a los usuarios, hubo demoras en los pagos y también atraso en lo que cobran los iniciadores del sistema.
La crisis no golpeará a todos por igual. Las zonas más complicadas son las provincias del Noroeste y el Noreste (NEA y NOA). Son las zonas más postergadas en inversión en generación, transporte y también en distribución. Coincide también que son las zonas de mayor calor en el país.
Las zonas más complicadas son el AMBA las provincias del NEA y NOA y parte de la Patagonia
Pero la repercusión mayor estará en la zona metropolitana de Buenos Aires. Allí habrá cortes. Según las previsiones, habrá afectación general, pero sobre todo para los usuarios que están dentro de la concesión de la distribuidora Edesur. Incluso el Gobierno nacional prevé que haya protestas sociales. La paradoja podría ocurrir en la Patagonia. Esa región es el punto de origen de la energía para todo el país gracias al gas y a las centrales hidroeléctricas. Pero estará en la zona roja de abastecimiento para la población y la industria.
Cuyo es una de las regiones que mejor se preparó para la contingencia. En Mendoza, por ejemplo, la puesta en funcionamiento de línea Cruz de Piedra - Gran Mendoza le otorga una seguridad extra a un sistema que tenía hasta el verano pasado una alta vulnerabilidad.
El escenario previo es complejo. Como parte del plan de contingencia el Gobierno prevé la puesta en funcionamiento de centrales térmicas que requieren mantenimiento y hasta pasar por algo exigencias ambientales para tener más energía disponible. La idea del Ejecutivo es llevar al límite el sistema aún con equipos que están al final de su vida útil. Entre otras cosas, prevén aumentar la generación en las centrales térmicas de Tucumán, el alquiler de grupos generadores para la zona del AMBA y buscar formatos de contratos para abastecer de combustible a los equipos que se usen para enfrentar la contingencia.
Otro sector que sufrirá será el industrial. Habrá cortes programados para las empresas que tienen ese tipo de contratos. A nivel de la distribución, el manejo es más complejo porque intervienen todas las provincias. Podrían bajar subsidios aún más pero subiendo el techo de consumo para amenguar las protestas.
Del otro lado de la cadena, presionan por el precio: aseguran que con los valores actuales que les pagan (por la energía y la potencia) a los generadores (ese precio sigue regulado) no es suficiente para el repago del mantenimiento. "Los precios que se pagan no alcanzan para cubrir el mantenimiento necesario", explican. Desde la Asociación de Generadores de Energía Eléctrica aseguran estar a disposición para buscar soluciones y el contacto con CAMMESA es permanente.
Las redes de extra alta tensión están en el límite y en los momentos de pico de demanda se espera que varias provincias queden sin energía. Las que más sufrirán serán las que no tienen una red interna que les permita descolgarse y autoabastecerse.
A nivel oficial el Gobierno admitió la crisis energética. "Entre las medidas del segmento generación, se encuentran la importación de energía y potencia...en el sector transporte, se trabajará en la disponibilidad de cuatro transformadores de reserva, mientras que en el segmento distribución se establecerá un mecanismo de gestión de reducción de demanda a los grandes usuarios (industrias), voluntario, programado y remunerado", explicaron desde la Secretaría de Energía.
"Estas medidas son imprescindibles por la crisis que vive el sector energético debido a la falta de inversión y mantenimiento en los últimos 20 años, que llevaron al sistema al borde del colapso", se excusaron.
Fuente: mdz